Pimientos morrones al natural



Esta receta la vi en el blog de pepekitchen y la verdad desde que aprendí a hacerla no hago otra, alguna vez les conté que para que no me caiga mal solía cocinar los morrones en la hornalla de la cocina hasta que se ponga negro y después bajo el chorro de agua fría le sacaba todo lo negro y lo usaba y en caso de que me quedara lo guardaba en un frasco con aceite hasta nuevo uso, pero la verdad es que era mucho aceite para mi gusto y más en una verdura que se usa siempre; así que como les decía, desde que conocí esta receta no hago otra, aprovecho de comprar bastante y preparo varios frascos para ir usando y regalar, claro ¿quién no usa morrón? En la foto mi amiga Ruti que aunque posa con una mermelada, también se llevo su frasco de pimientos al natural.
Ingredientes:
  • Pimientos morrones rojos, amarillos y verdes (también puede ser de 1 solo color, pero así queda más vistoso).
  • Sal.
  • Agua.
  • Vinagre (opcional)
  • Frascos con tapa esterilizados.

Preparación:
  1. Asar los morrones en la hornalla de la cocina, o a la plancha, girándolos para que se asen por igual, a fuego vivo.
  2. Una vez que la piel este quemada por igual se retiran y se van echando en un bol con agua fría.
  3. Una vez fríos, les quitamos la piel, el peciolo y las semillas. 
  4. Con los dedos los cortamos en tiras gruesas. Se enjuagan un poco y se escaldan poniéndolos en un bol, cubriendo con agua hirviendo, dejando que reposen durante 5 minutos.
  5. Los escurrimos y dejamos enfriar cubiertos de un poco de agua fría.
  6. Una vez esterilizados los frascos, rellenamos con los pimientos bien apretados. Cubrimos con agua, añadiendo media cucharadita de sal en cada frasco y agregando un par de cucharadas de vinagre, lo que mejorará la conservación.
  7. Tapamos los frascos y los colocamos en una olla, cubrimos con agua hasta el nivel justo por debajo de la tapa.
  8. Tapamos, acercamos al fuego y dejamos que cuezan 45 minutos a fuego lento medio. Apagamos el fuego, destapamos la olla y dejamos templar.
  9. Cuando se puedan manipular sin quemarnos, comprobamos que las tapas están herméticas (costará abrirlas con una presión débil). Dejamos enfriar por completo y guardamos en un lugar fresco y seco, alejado de la luz. Así se conservarán todo el invierno.


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